domingo, 30 de diciembre de 2018

La familia perfecta


Por Martha Salim Naime

Monterrey, México ¿Por qué escribes sobre la familia, si la tuya no es perfecta? Me estremecí al escuchar esta pregunta. Nunca la hubiera esperado y me cuesta pensar que alguien crea que solamente siendo perfecto en un área, podrías escribir sobre ella. Es como si un médico no pudiera atender pacientes porque él también se enferma o como si un mecánico no pudiera arreglar carros, porque el suyo también se descompone. A final de cuentas, esa pregunta dio lugar a otras en mi mente; quizá era el momento de reflexionar.
La perfección no existe. En toda familia se cometen errores, se toman malas decisiones, se arriesga el patrimonio. En toda dinámica familiar hay quien se deja llevar por la emociones y provoca conflictos. Hay enfermedades, accidentes, adicciones, infidelidades que rompen con la armonía y ponen en riesgo la estabilidad. Lastimas y te lastiman, perdonas y te perdonan. A cada miembro de la familia se le presenta día a día una oportunidad de crecimiento y superación personal.
Nací y crecí en el seno de una familia. Mis padres, gente de poca escuela pero de gran sabiduría, nos mostraron con su ejemplo que las virtudes no son cosas que se explican, sino que se predican con el ejemplo. Mis hermanos y yo, al salir de la escuela, pasábamos el resto del día en el negocio familiar. Ahí hacíamos la tarea, jugábamos en la bodega con cajas de cartón y colaborábamos en lo que nos pidieran hacer en la tienda. Durante este tiempo, observamos en mis padres: disciplina y responsabilidad, amor hacia su trabajo y  honestidad en el trato al cliente y al proveedor.
Formar una familia en la actualidad es más complicado. La facilidad que existe para mudarse de la ciudad de origen a otra o a otro país, provoca que los niños no crezcan cerca de sus abuelos, tíos y primos. Las comidas familiares de antaño, grandes escuelas de virtudes y valores, se han reducido considerablemente.
De hecho, quedan resumidas a las convivencias de unos cuantos días en vacaciones o Navidad. Algunas  familias de personas foráneas se agrupan y suplen la carencia de los familiares cercanos con  convivencia y cercanía, cooperación y solidaridad, misma que tendrían con su familia de sangre. Quienes deciden por esta opción lo hacen conscientes de la importancia de crear un ambiente de familia.
La familia es una plataforma de lanzamiento. Durante la infancia y adolescencia se van permeando los valores que  formarán el bagaje para la vida adulta. Es el costal de semillas que te entregan tus papas cuando sales de la casa, ;  cada semilla representa un valor o una virtud y van a ser sus recursos para toda la vida. Si no las siembras, se secan y luego ya no sirven y si lo haces, las tienes que vigilar.  Nos decía una de mis tías —Ignoro si la frase era de ella o de algún autor—.  La sección de semillas especiales incluye la de fortaleza ante la adversidad y esperanzas renovadas.
En toda familia se ríe y llora; se trabaja y disfruta; se tienen desafíos y armonía; se gana y se pierde. Cada una es única e irrepetible y el efecto se multiplica con cada pareja que se casa; ambos aportan tradiciones y valores de su familia de origen. Así forman la propia dándole un matiz muy personal y diferente que la hace original.
Cuando los miembros de una familia se unen forman una red fuerte y sólida en la que se sostiene al caído, se abraza al desvalido, se consuela al que sufre, se alienta al más débil. Este enrejado tiene capacidad de transformación cuando cambian las circunstancias y es otro el que necesita apoyo, los roles se invierten y el que fue consolado, abrazado y apoyado, ahora corresponde haciendo lo mismo con aquel familiar que lo requiere.
Creo en la familia y en los valores que en sí contiene, que tienen como centro el amor. No concibo mi vida fuera de ella. No solo escribo y leo sobre la familia, procuro hacerla vida con esmero, dedicación y con la certeza, clara e inequívoca, de que no alcanzará la perfección.
¿Tu familia no es perfecta? No te preocupes, solo es una familia normal.
(*) Martha Salim Naime. Es Administrador de Empresas con Maestría en Ciencias del Matrimonio y la Familia y diplomado en Tanatología por el Instituto Superior de Estudios para la Familia (Juan Pablo II). Experta en temas de familia y pareja. Cuenta con la certificación para ser facilitadora de la herramienta pre-matrimonial FOCCUS. Actualmente se desempeña como Gestor de redes sociales.

viernes, 28 de diciembre de 2018

Soltar amarras

Por: Fernando González Rocha y Paty Zambrano

Deshacernos de lo que nos estorba 

Cuando nos casamos, Fernando, dejó en el closet de la casa de sus papás sus apuntes de la escuela, cuadernos viejos, recuerdos personales, fotos y cartas de sus exnovias, etc. Al regresar de la luna de miel, fuimos a visitar a sus papás y él subió a buscar un papel que necesitaba. Al llegar a su closet vio que ya no había nada. Entonces se escuchó un grito desesperado: Mamááááááááááá: ¿Dónde están las cosas que tenía en “mi” closet? Mi suegra´, con la dulzura que la caracteriza, le dijo: “Mi hijito, es que yo vi que había mucha basura en los cajones, me encontré unas fotos de tus exnovias y pensé: mejor que Paty no las vea para que no vayan a tener problemas y quemé todo”.

¡Que maravillosa enseñanza me dio mi madre! Aprendí a desprenderme del pasado para poder disfrutar del presente y construir mi futuro. Mi madre me enseñó a soltar amarras y reconstruir mi vida. Bendita mujer, la amo.

Al inicio de año es común escuchar entre los propósitos o metas: “Ahora sí me voy a deshacer de todo lo que me estorba en el closet”, “Voy a regalar las cosas que ya no uso de la cocina”, “Voy a reacomodar mi oficina”, “Regalaré los juguetes de mis hijos que ya crecieron” o algún propósito como estos.

Se dice que nuestra casa es la continuación de nosotros mismos, nuestro reflejo. Si quieres algunos cambios, empieza con tu vivienda. Cuando una casa está limpia, la mente también se organiza y las cosas te salen mejor.

Leímos, recientemente, una lista de las cosas que hay que tirar o regalar lo más pronto posible. Por ejemplo: Los restos de papel para envolver, boletos usados, calcetines desgastados, camisetas viejas, los CD que no necesitas, las ligas para el pelo que ya están estiradas, revistas antiguas, cupones expirados, los recuerdos de relaciones pasadas.

¿Alguna vez nos preguntamos?: ¿Y, de las cosas que me estorban en mi vida emocional, cuando me voy a deshacer?  Hablamos de todo aquello que nos impide crecer, como sería: hablar con quien estoy peleado, perdonar al que tengo pendiente, visitar al familiar que tengo abandonado, pagar a mi empleado lo justo, etc. Y todo esto, ¿Cuándo lo reviso?

Te retamos a echar un vistazo en este momento y …
  •        Deja la apatía al visitar a los abuelos.
  •  Suelta el control sobre la vida de los demás.
  • Deshazte de la crítica y el perfeccionismo.
  •  Suelta la tristeza que ya lleva mucho tiempo junto a ti.
  • Deja los rencores pasados.
  • Desempolva las palabras de amor y perdón.
  •   Corrige los malos hábitos al comer.
  • Abandona las amistades que sacan lo peor de ti mismo.
  •  Avienta muy lejos tus miedos.
  • Regala tus actitudes infantiles y déjalas a los niños pequeños.
  •  Olvida el mal humor.
  • Ventila tus diferencias de opinión.
  • Deja tu testarudez.
  • Entrega tus ansias de tener siempre la razón.
  • Libérate del que dirán.
  •  Despréndete de conductas destructivas.
  • Despégate de personas tóxicas.

Cuando cambies esos aspectos, solo entonces, habrá en tu vida espacio para recibir: la alegría de vivir, el amor para compartir, la bondad, el aprendizaje, las personas creativas, los amigos felices, la dicha, la risa, el renuevo, la fe, la esperanza de un nuevo día, el reinventarte a diario, el disfrute aun en lo fallido, el saberte único e irrepetible, con virtudes y defectos, pero amado.

Alguna vez escuché una metáfora oriental de la vida. Dice que la vida se mide en monedas, una por cada década. Se estima que en promedio tenemos ocho monedas cada uno. No importa como ni en que te gastaste las que ya no tienes, lo importante es ver hacia adelante: ¿Cuántas monedas te quedan por disfrutar?

¿Qué esperas para invertirlas de la mejor manera?

Solo tienes una vida haz de ella una obra maestra.



 Los autores son Coaches de Pareja y de Vida
Contacto: fernando.gonzalez.rocha@gmail.com

  

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Tiempo de renovar la esperanza


por Martha Salim Naime

                Cuando carecemos de esperanza, vivimos llenos de deseos. 
Dante

Estamos por escribir el último capítulo del libro de la vida personal de este año 2018 y esto nos invita a revisar los propósitos que, llenos de esperanza, nos planteamos al inicio del año. Algunas personas se esforzaron en cumplir y llevarlos a cabo, otras —quizá la mayoría­—  se quedaron sólo con las buenas intenciones.

Si eres de los que tienen problemas para definir sus propósitos o llevarlos a cabo, se te olvidó anotarlos o quizá fueron demasiado altos, entonces te será útil aplicar la regla de oro para fijar objetivos. Por sus siglas se conoce como la regla AARV y significa que todo objetivo las debe cumplir: 
  • A: Asequibles, fáciles de alcanzar
  • A: Accesibles, fáciles de lograr
  • R: Realistas, ajustable a la realidad
  • V: Voluntad de querer realizarlos

Comenzar un periodo con propósitos nuevos, como al inicio de un nuevo año, nos recuerda que somos capaces de cumplir nuestras metas y realizar nuestros sueños. Los grandes proyectos inician con una idea que crece y toma forma hasta convertirse en realidad. Nadie se inicia como corredor corriendo un maratón, el avance es lento y paulatino; recordemos la frase de Einstein: “Si eres capaz de soñarlo, eres capaz de lograrlo”.

Para elaborar una lista de los objetivos integral, a cumplirse en el año siguiente, se recomienda que incluya propósitos de cada una de las dimensiones de la persona: física, emocional y espiritual,  puesto que estas áreas comprenden los aspectos de la vida del ser humano.

Dimensión física. Relacionada con la salud, el bienestar y los bienes materiales. Algunos tipos de propósitos pueden ser: bajar de peso, hacer ejercicio, cambiar de carro o conseguir una casa más grande. Si se logran determinar de manera más específica, hay más probabilidades de verlos realizados, por ejemplo: bajar un kilo por semana, reduciendo el consumo de refrescos o pan. Otro consejo es hacer 20 minutos de ejercicio tres veces por semana, aumentando 10 minutos hasta llegar a una hora.

Dimensión emocional. Tiene que ver con la motivación interna, las relaciones interpersonales y la capacidad de empatía, principalmente. Entre los posibles propósitos estarán: la convivencia con la familia y amigos, tomar un curso de profesionalización, dedicar mayor tiempo a la pareja y planear otros objetivos para cumplir en el año.

Dimensión espiritual. Es la relación intrapersonal, es decir, la que mantenemos con nosotros mismos y unificamos con nuestras creencias espirituales. Estos objetivos están enfocados a dedicar por lo menos un día a la semana a estar en contacto con la naturaleza y reflexionar sobre los acontecimientos de nuestra vida en esa semana y planear para la siguiente,  ayudar a una asociación de beneficencia con una aportación mensual, visitar a un pariente enfermo, realizar prácticas de fe o realizar ayudas a la comunidad.

Si logramos plantearnos propósitos más concretos y definidos convirtiéndolos en accesibles, asequibles,  realistas y le agregamos nuestra voluntad de hacerlo, encontraremos al final del año una lista de propósitos cumplidos. Habremos vivido un año de mayor riqueza y crecimiento personal. Transformemos las expectativas de los propósitos en tiempo de renovar la esperanza,  aprovechando sus dos facetas que ésta presenta: el dinamismo y la purificación.

El dinamismo en la esperanza es aquello que empuja, que anima a lograr la meta, que el cansancio y los obstáculos y motiva a no darse por vencido; mantiene la meta clara y muestra el camino para llegar a ella. Por otro lado, la purificación de la esperanza, tiene un efecto correctivo y transformador en la persona, porque al mismo tiempo que muestra con claridad el objeto, muestra lo que hace falta para lograrlo.

El hecho de plantearse metas y cumplirlas enciende el motor de la motivación interna, lo que nos llevará a iniciar un nuevo año con una esperanza renovada. ¡Feliz Navidad! Y ¡Feliz año nuevo de propósitos a cumplir!


(*) Martha Salim Naime. Es Administrador de Empresas con Maestría en Ciencias del Matrimonio y la Familia y diplomado en Tanatología por el Instituto Superior de Estudios para la Familia (Juan Pablo II). Cuenta con la certificación para ser facilitadora y entrenadora de la herramienta pre-matrimonial FOCCUS. Actualmente se desempeña como consultor familiar y tanatóloga en @Speeka_mx