viernes, 26 de junio de 2015

Como lograr que tu esposa te trate como un rey

Por Fernando González Rocha y Paty Zambrano

Monterrey, México. Ese fue el título de una conferencia que di hace algunos años. Como ustedes se imaginarán, el lugar estaba lleno de hombres que querían saber el secreto de su “felicidad” y de mujeres intrigadas por saber que les iban a decir a sus maridos (no sea que las fueran a comprometer).
Al iniciar tuve que decirles la verdad, para no generar falsas expectativas. Su asistencia es fruto de la mercadotecnia, el título fue altamente sugestivo, pero es verdadero. Ya que están aquí, los reto a que escuchen lo que les voy a decir. La receta es muy simple:
 “Quieres que tu esposa te trate como a un rey, pues trátala como a una reina”. Así que si quieren escuchar esta plática el tema real es: “Cómo amar a tu esposa”.
No sé si esto es claro para todos nosotros los varones, pero la persona más importante de tu vida es tu esposa. Ella es el origen de tu familia y quién te motivó a tomar una decisión y un compromiso de unirte a ella para ser un mejor hombre. Los hijos, si los tienen, llegaron después y, aunque son muy queridos para nosotros sus padres, están de paso y un día van a buscar su pareja y se van a ir como nosotros lo hicimos.
Para aprender a amar a tu esposa, necesitamos hacernos algunas preguntas: ¿Qué espera tu esposa de ti como marido? ¿Cómo espera ella ser amada? Yo le pregunté esto a mi esposa y me dijo: “Yo espero que me escuches, que me hables y que me dediques tiempo”. Así de simple, no es tan difícil. La falta de comunicación es el origen de todos los conflictos. No supongas que ya sabes la respuesta, mejor pregúntale a ella.
En la relación de pareja intervienen de manera importante las neuronas espejo, ellas hacen que respondamos en el mismo sentido en que somos tratados. Si tu tratas a tu esposa con amor, la reacción de las neuronas espejo hacen que ella te responda de la misma manera.
La psicología nos dice que una persona necesita, para estar emocionalmente saludable, al menos nueve muestras de cariño al día. Analiza cuales muestras de cariño te funcionan mejor: un elogio, una caricia, un beso, un abrazo, una llamada solo para decirle que la quieres, un regalo (no necesita ser caro), un piropo, una flor, un chocolate, un recado amoroso, un mensaje en el chat o en el correo, salir con ella solo para platicar, etc. Lo increíble es que todos los días vuelven a necesitar otros nueve detalles amorosos.
La calidad de comunicación es importante, si estás platicando con ella no te distraigas, concéntrate. No se platica viendo la tele o en el cine. La mujer requiere que cuando platiques la veas a los ojos, que estés concentrado solo en ella.
Se requiere ser expresivo en el amor. Una vez conocimos a una pareja en la que la esposa se quejaba de que su esposo nunca le decía que la quería a lo que él  decía: “yo le dije a mi esposa que la quería el día que me casé con ella, cuando cambie de opinión, yo se lo haré saber”.
Agradecerle es un elemento esencial. Dale gracias por todo lo que hace por ti, por todo lo que no se ve, que pasa desapercibido, pero ella lo hace todos los días. Dile que la necesitas, que es muy importante para ti. Alábala por sus cualidades.
Dale sorpresas agradables. Invítala a salir contigo un fin de semana solos. No necesitas gastar mucho, lo mejor es la compañía, no importa el lugar. Haz cosas que no se espera. Escríbele una carta y mándala por correo. Llévale serenata inesperadamente.
Ah, se me olvidaban los olores. La mujer es altamente olfativa. Perfúmate para ella. A veces salimos muy perfumados al trabajo y regresamos sudados, oliendo a rayos y así queremos tener una noche romántica, por eso salimos bateados.
Las flores son un fenómeno que los varones no entendemos. Para un hombre regalar flores es casi como tirar el dinero, porque son caras y no duran. Pero para una mujer, la flor tiene un encanto indescriptible que les hace sentir emociones muy especiales. Así que el hombre tiene que dejar a un lado su razonamiento masculino y regalar flores simplemente porque ama a su esposa y a ella le gusta.
Finalmente, tengo que decir que hay una máxima que es real y que espero no se aplique a ti mi estimado lector. “Si a una mujer no le das amor, te va a pedir dinero”. Tú sabes que prefieres darle.
Dice mi maestra Norma Alonso: “Tu pareja es el espejo de tu inconsciente”. Si tú no te sientes amado probablemente puedas aun hacer mucho al respecto.
¿Qué no has hecho, que de hacerlo, tu esposa te trataría como el rey que eres?

(*) Fernando González Rocha y Patricia Zambrano Sánchez, tienen 31 años de matrimonio, son coaches de Vida de la International Coaching Community y Consultores Matrimoniales. Tienen más de 20 años de dar cursos, conferencias y diplomados. Actualmente coordinan el programa de Formación Prematrimonial para novios en San Pedro y parte de Monterrey.    

Publicado el  24 de junio de 2015 en

jueves, 18 de junio de 2015

Los papás evolucionan

Por Alida Maria Madero.
Ser Padre es encontrarse en situación de cuidador, de transmisor de mundo.
 Alejandro Rozitchner

Monterrey, México. El día del padre es una fecha conmemorativa para honrar la paternidad en la familia y la influencia del hombre en la vida de sus hijos. Esta celebración nacida en Estados Unidos de la gratitud de una hija hacia su padre, se extendió rápidamente a Europa, América Latina, Asia y África como una manera de homenajear a los papas y reconocer su papel en la crianza y la educación de sus hijos.
Sea cual sea la fecha, lo importante es que existe un día especial para recordar a los padres cuánto les queremos, darles las gracias por su amor y su entrega y celebrar en familia eso, la felicidad de ser una familia.
Hace unos días, celebre con mis compañeros de universidad un aniversario más de nuestra graduación, la mayoría de mis amigos de generación son hombres porque estudie una ingeniería, todos o casi todos son papás. Me dio mucho gusto verlos en ese rol, de papás e incluso uno que otro abuelo.
En esa reunión platique con un papá sumamente emocionado por la boda de su hijo, otro orgulloso de los logros de su pequeña estudiando en el extranjero, uno más preocupado por la crisis en el matrimonio de su hija, incluso uno que le encanta la fiesta yéndose temprano para ir por sus hijas, todos compartiendo las fotos de sus hijos con orgullo.
Me encanto verlos en con ese espíritu alegre y “siempre joven” de los papás modernos. Antes, cuando un hombre se convertía en padre de inmediato, cobraba una actitud de “señor respetable” y asumía una seriedad y rigidez de persona mayor. Ahora los papás están más involucrados y hablan más de emociones. 
Nuestra generación vive ese periodo de transición, en el cual coexisten relaciones de padres e hijos tradicionales matizados por el papá autoritario y otras más cercanas, más entrañables. De tal manera, que la forma de relacionarse de los varones con sus hijos e hijas está cambiando.
Nos toca vivir esa evolución donde la mujer que trabaja y desarrolla una carrera, poco a poco ha dejado al hombre involucrarse en las actividades del hogar, crianza y acompañamiento de los hijos.
Para muchos la convivencia con sus hijos e hijas ha sido novedosa y gratificante, se han abierto a nuevas formas de ser hombres y padres; lo que los ha llevado a reconocer sus limitaciones, temores, relaciones de autoridad, pero a su vez se han deleitado en la convivencia con sus hijos e hijas.
Pudiendo reconocer que sus hijos e hijas son personas diferentes a ellos con gustos, sentimientos y pensamientos diferentes.
Yo no soy papá, solo sé ser mamá.  Así que para poder plasmarlo les comparto algo de lo expresado por Alejandro Rozitchner en su artículo publicado en el diario La Nación:
“Entre padres e hijos se trata de amor. Es un asunto de calidez, cariño, presencia y disfrute de experiencias compartidas. De cercanía real, no esquivada. Tiempo, tiempo pasado en común y elaborado como sentido para nuevas experiencias. Es encontrarse en situación de cuidador, de transmisor de mundo, tener mucho a cargo y tener miedo de no dar la talla y al mismo tiempo sentir que esa pieza faltante, ahora hallada, hace que toda la vida propia encuentre su lugar”.
Así que muy feliz día del padre a todos los que tengan hijos. También a los que no son biológicos sino del corazón, a los que son el plan B porque el papá no está, los abuelos y los tíos.
A esos papás que no les enseñaron a hablar el idioma del amor, y lo tratan de expresar en disciplina y mano dura; a los sobreprotectores y a los distraídos.
Engendrar a un hijo es fácil, lo complicado es lograr que crezca feliz y sabiéndose lo más importante del mundo para alguien.
¡Feliz día del Padre!

Publicado originalmente el 17 de junio de 2015 en 

miércoles, 3 de junio de 2015

Salud, divino tesoro

Por Avelina Jimenez Lozano

Monterrey, México. “Señora, la vamos a tener que operar” —Esta es una frase fuerte, imperativa y tajante. Dependiendo de su contexto puede provocar asombro o un rayo de esperanza, pero lo que es seguro, es que cuando estas palabras son pronunciadas por un doctor, la angustia invade de manera espontánea tanto al paciente que las escucha, como a los familiares que están atentos ante cualquier noticia.
Si en alguna ocasión has tenido un familiar que es intervenido, puedes coincidir conmigo que la sala de espera de un hospital se convierte en un lugar de reflexión profunda, de recuerdos y nostalgia. El tiempo adquiere otra dimensión y el futuro se ve ahora tan incierto.
Hay intervenciones más sencillas que otras, pero estar en quirófano  produce tanto para el paciente como sus familias una amenaza a la propia seguridad física y emocional. Un torbellino de emociones se desprende en ambas partes al imaginar que las cosas pueden cambiar y que existe la posibilidad de que ya nada sea igual que ayer.
De acuerdo al Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) la angustia contiene una amplia variedad de sentimientos que van desde la tristeza, la desesperanza  y el temor, hasta la depresión, el pánico y la ansiedad. Generalmente los familiares de los pacientes declaran que el esperar noticias en una intervención quirúrgica es el momento más angustiante de todo el proceso.
Existen tres maneras de enfrentar esta situación y que en momentos de inestabilidad emocional se convierten en columnas sólidas que permiten sobrellevar esas horas sin perder la razón: la fé, la familia y los amigos. Ante la falta de salud, el apoyo que brindan familiares y amigos se convierte en un bálsamo de esperanza y su simple presencia fortalece el corazón. Una visita, una llamada, un mensaje o una oración son acciones tan sencillas y concretas que ayudan a la familia a sentirse acompañados en el tiempo en el que los minutos se hacen eternos.
Lo verdaderamente valioso parece deslumbrar por sobre lo que no lo es tanto. Y cuando todo termina, el ver de nuevo a los ojos de quien estuvo ausente unas horas se convierte en el mejor regalo. A la vuelta de unos días, la familia fortalece sus lazos y los amigos que estuvieron ahí se convierten en familia.
Quien tiene salud en su familia, lo tiene todo. Si ahorita tu familia está sana, considérate millonario, aprovecha esa riqueza haciéndola visible entre sus integrantes y, cuando te enteres que alguna familia está pasando por una situación fuerte de salud, recuerda ser columna sólida en donde ellos puedan sostenerse.

Publicado originalmente el 3 de junio de 2015 en: