domingo, 26 de noviembre de 2017

Calidad de Vida

Por: Fernando González Rocha y Paty Zambrano

Nuestro amigo Miguel tiene que tomar dos autobuses para llegar a su lugar de trabajo cada mañana, obviamente, también toma los dos autobuses para regresar por la noche. Miguel trabaja ocho horas al día y usa una hora y media en cada traslado, es decir que desde que sale de su casa hasta que regresa consume un total de 11 horas de su día. Adicionalmente entre el estrés del trabajo y de sus traslados, llega a su casa sumamente agotado. Esta es la realidad que vive nuestra gente en las grandes metrópolis de México. Pero queremos hacer conciencia de que hay acciones que se pueden hacer para tener mejor calidad de Vida.

La calidad de vida es un concepto referido al bienestar en todas las áreas del ser humano, respondiendo a la satisfacción de las necesidades físicas (de salud, seguridad), materiales (de vivienda, ingresos, transporte, pertenencias, comida), sociales (de trabajo, familia, relaciones personales, comunidad, responsabilidades), psicológicas o emocionales (de afecto, autoestima, inteligencia emocional, espiritualidad, religión), de desarrollo (educación, productividad) y ecológicas (calidad del agua, del aire, etc.). Fuente: http://quesignificado.com/calidad-de-vida/

Para nosotros, la calidad de vida es la capacidad que tiene cada persona de elegir cómo quiere vivir su vida. Nadie debería permitir que la vida o sus circunstancias lo vayan arrastrando a hacer lo que tiene que hacer para sobrevivir. Lo importante es que cada uno decidamos como queremos vivir y tener conciencia de que las decisiones que vamos tomando van construyendo nuestra realidad de vida. Todo esto considerando nuestros recursos, los cuales pueden ser incrementados día a día.

La calidad de vida tiene todos los aspectos de los que habla la definición. Si hablamos de calidad de vida en la parte de aprovechamiento del tiempo, esto tiene que ver con la posibilidad de estar lo más cerca posible de los lugares que frecuentamos diariamente como son las escuelas de nuestros hijos, nuestro trabajo, los parques, la iglesia y los centros comerciales, este es nuestro centro de acción. Si estamos cerca de ese centro de acción tendremos más tiempo para nuestra familia, nuestros pasatiempos y adicionalmente tiempo para nosotros mismos.

Hagamos una reflexión: ¿Cuántas horas de tu vida pasas en tus traslados?

En la mayoría de las ciudades medianas y grandes ya tenemos un problema vial muy importante. Así que es urgente que tomemos decisiones sobre este punto. ¿Qué podemos hacer? Si estás rentando una casa, analiza la posibilidad de cambiarte a otra que esté más cercana a tu centro de acción. Si eres propietario de una casa, considera la conveniencia de vender esa casa y comprar otra más cerca de tu centro de acción. Pero si no quieres vender la casa que tienes, entonces una alternativa sería poner en arrendamiento tu casa y rentar, para tu familia, una casa más cerca de tu centro de acción.

Quizá para otra persona la solución sea cambiarse a un trabajo más cerca de su casa o cambiar a sus hijos de escuela para disminuir sus horas de traslados.

Nosotros queremos llevarte a analizar posibilidades y buscar la mejor opción para que puedas tener más tiempo y menos estrés en tu vida diaria.

¿Qué pasaría en tu vida si tuvieras más tiempo para ti y tu familia? ¿Qué decisiones tomarás para lograrlo?



(*) Los autores son Coaches de Pareja y de Vida. Pueden contactarse en;




miércoles, 8 de noviembre de 2017

"Fake news", noticias falsas

Por: Martha Salim Naime


En caso de duda, ten la lengua muda.
Anónimo


La velocidad con que la información circula nos coloca en la posición compartir una noticia casi al mismo tiempo en que la recibimos. La buena intención de prevenir a alguien más sobre abusos, lluvias celestes o fraudes, ha motivado a más de una persona a reenviar una nota sin confirmar, previamente,  su veracidad.

La mayoría de las fake news,  noticias falsas,  que he recibido me ha llegado por Whatsapp y algunas de esas veces viene acompañada por una leyenda de quien me la envía aclarando que, aunque no le consta, pero que por si acaso fuera cierto, ha preferido enviarla.

En la antigua Grecia, Sócrates solía practicar un sencillo ejercicio. Cuenta la historia que cuando alguien se le acercaba con la intención de comentarle algo, simplemente aplicaba el triple filtro con una serie de preguntas. La sabiduría de los  pensadores de la antigüedad se hace actual en nuestros días y este simple ejercicio nos puede ayudar a tomar la decisión, sin necesidad de recurrir a invertir gran cantidad de tiempo en verificar la nota de advertencia.  

La ventaja de la práctica del triple filtro es que es autoejecutable, es decir, no es necesario que alguien más nos haga esas preguntas, nosotros mismos podemos aplicarlo sin necesidad de ayuda externa.

Primer filtro: ¿es verdadero? Si se trata de algo que dicen por ahí, hay que tener cuidado. Si alguna vez has jugado al teléfono descompuesto, sabes, por experiencia propia, que en cuestión de segundos el mensaje, pasado de boca en boca, se distorsiona. Si no te consta que sea cierto, ¡cuidado! al decirlo lo único que provocamos es que los rumores crezcan.

Una sencilla consulta en google puede aclararnos si es verdadera la nota, si es vigente y actual.  Aunque nos conste la veracidad del hecho, aún no es momento de decirlo. Este es solo el primer paso.

Segundo filtro: ¿es bueno? La benedicencia    ̶ palabra no incluida en del diccionario de la Real Academia Española— es la práctica de la virtud que nos ayuda a regular lo que decimos de los demás y cómo lo decimos; es la tendencia a hablar bien de los demás; contrario a la maledicencia. Cuenta la historia de la filosofía que Sócrates confrontaba con la siguiente pregunta: “¿quieres contarme algo bueno sobre mi discípulo?”.

Aun así, si lo que vamos a decir es bueno, pero no nos consta, hay que avanzar al siguiente tamiz. Ejemplo de este filtro sería: por cada mensaje que reenvíes Whatsapp donará un dólar para los estudios médicos del paciente.

Tercer filtro: ¿es útil?  ¿Servirá para algo contar aquello que me consta y que además es bueno? Si la respuesta a esta pregunta es si, las dudas respecto a contar algo disminuyen o se desvanecen; hay una seguridad interior, una fuerza que, aunque viene desde adentro no es un simple impulso. Es algo que nos da la confianza necesaria para hacerlo. Si por el contrario la respuesta a esta pregunta es no, aunque sea cierto y sea bueno, no conviene contarlo.

El triple juicio de Sócrates  no es para llevarnos al escrúpulo, sino más bien a la reflexión. A pensar antes de hablar. A analizar, no en la forma y lugar para decirlo, sino más bien, a pasar por los tres filtros; sin razonamientos excesivos ni justificaciones. Las tres etapas del juicio son simples y así conviene que sea nuestra reflexión. Tengamos claro que nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás.

Si no es cierto, ni bueno, ni útil, ¿para qué contarlo?



(*) Martha Salim Naime. Es Administrador de Empresas con Maestría en Ciencias del Matrimonio y la Familia y diplomado en Tanatología por el Instituto Superior de Estudios para la Familia (Juan Pablo II). Es consultor familiar y cuenta con la certificación para ser facilitadora de la herramienta pre-matrimonial FOCCUS. 

Puedes contactarla en: cosas.defamilia.nl@gmail.com