miércoles, 3 de junio de 2015

Salud, divino tesoro

Por Avelina Jimenez Lozano

Monterrey, México. “Señora, la vamos a tener que operar” —Esta es una frase fuerte, imperativa y tajante. Dependiendo de su contexto puede provocar asombro o un rayo de esperanza, pero lo que es seguro, es que cuando estas palabras son pronunciadas por un doctor, la angustia invade de manera espontánea tanto al paciente que las escucha, como a los familiares que están atentos ante cualquier noticia.
Si en alguna ocasión has tenido un familiar que es intervenido, puedes coincidir conmigo que la sala de espera de un hospital se convierte en un lugar de reflexión profunda, de recuerdos y nostalgia. El tiempo adquiere otra dimensión y el futuro se ve ahora tan incierto.
Hay intervenciones más sencillas que otras, pero estar en quirófano  produce tanto para el paciente como sus familias una amenaza a la propia seguridad física y emocional. Un torbellino de emociones se desprende en ambas partes al imaginar que las cosas pueden cambiar y que existe la posibilidad de que ya nada sea igual que ayer.
De acuerdo al Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) la angustia contiene una amplia variedad de sentimientos que van desde la tristeza, la desesperanza  y el temor, hasta la depresión, el pánico y la ansiedad. Generalmente los familiares de los pacientes declaran que el esperar noticias en una intervención quirúrgica es el momento más angustiante de todo el proceso.
Existen tres maneras de enfrentar esta situación y que en momentos de inestabilidad emocional se convierten en columnas sólidas que permiten sobrellevar esas horas sin perder la razón: la fé, la familia y los amigos. Ante la falta de salud, el apoyo que brindan familiares y amigos se convierte en un bálsamo de esperanza y su simple presencia fortalece el corazón. Una visita, una llamada, un mensaje o una oración son acciones tan sencillas y concretas que ayudan a la familia a sentirse acompañados en el tiempo en el que los minutos se hacen eternos.
Lo verdaderamente valioso parece deslumbrar por sobre lo que no lo es tanto. Y cuando todo termina, el ver de nuevo a los ojos de quien estuvo ausente unas horas se convierte en el mejor regalo. A la vuelta de unos días, la familia fortalece sus lazos y los amigos que estuvieron ahí se convierten en familia.
Quien tiene salud en su familia, lo tiene todo. Si ahorita tu familia está sana, considérate millonario, aprovecha esa riqueza haciéndola visible entre sus integrantes y, cuando te enteres que alguna familia está pasando por una situación fuerte de salud, recuerda ser columna sólida en donde ellos puedan sostenerse.

Publicado originalmente el 3 de junio de 2015 en:

miércoles, 27 de mayo de 2015

Emoticon-itis

Por Martha Salim Naime


El uso de emoticons o íconos gestuales, ha sustituido la expresión verbal de las emociones, reduciendo la complejidad de la comunicación de las mismas al uso de imágenes prediseñadas.  
El término surge de dos vocablos ingleses: emotion, que significa emoción, e icon, que significa ícono, símbolo o representación gráfica.
El emoticon más utilizado es :-) que significa alegre o feliz.  Su creador, Scott Elliot Fahlman, científico del cómputo en la Universidad Carnegie Mellon, lo utilizó por primera vez en 1982.  Su uso se generalizó y llegó a utilizarse incluso en correos electrónicos formales.
WhatsApp es la App más popular en México; es utilizada por el 84 por ciento de los usuarios de  teléfonos inteligentes. Apareció en el mercado de aplicaciones en el 2009 y cuenta con más de 600 millones de usuarios activos en el mundo.
El uso de emoticons ha crecido de manera significativa porque responden a la necesidad básica humana de expresar las emociones. Cada usuario manda un promedio de 42 mensajes por día (MAVAM).
Diversos estudios han demostrado los niños son capaces de reconocer emociones positivas y negativas desde los primeros meses de vida. Incluso, la experimentación surge mucho antes de su capacidad de expresarlas.
 “La inteligencia emocional consiste en la habilidad de manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones”. Salovey y Mayer (1990).
Para Daniel Goleman, la inteligencia emocional consiste en: tener conciencia de las propias emociones  —distinguirlas y auto controlarlas—,  lograr un equilibrio emocional y utilizar las emociones como un medio de auto-motivación.
Un mensaje de Whatsapp en un chat de amigos, como: “mi hijo está enfermo”, despierta una cadena de emociones que genera, a su vez, una variedad de respuestas. Algunos contestan con texto un: que se mejore y agregan un ícono y otros usando únicamente íconos.
La emoticon-itis,  uso excesivo de íconos, afecta la capacidad de reconocer y manifestar las propias emociones y reduce el vocabulario emocional. Para el receptor del mensaje resulta ambiguo recibir una respuesta de por ejemplo: tres, cinco o varios renglones de un ícono o una serie de ellos. Al no saber cómo interpretarla opta por ignorarla.
La empatía  —capacidad de comprender lo que otras personas sienten en diversas situaciones— se ve limitada al usar en exceso los emoticons. Siendo conscientes de nuestras propias emociones, nos será más fácil reconocer la de los demás.
Pongamos a la tecnología a nuestro servicio y no hagamos lo contrario. Practiquemos el ejercicio de tener conciencia de uno mismo y encontremos nuestra propia voz para expresar lo íntimo de nuestro ser, en vez de utilizar imágenes prediseñadas.

(*) Martha Salim Naime. Es Administrador de Empresas con Maestría en Ciencias del Matrimonio y la Familia y diplomado en Tanatología por el Instituto Superior de Estudios para la Familia (Juan Pablo II). Experta en temas de familia y pareja. Cuenta con la certificación para ser facilitadora de la herramienta pre-matrimonial FOCCUS. Actualmente se desempeña como Gestor de redes sociales.

Publicado originalmente el 19 de mayo de 2015 en:

jueves, 7 de mayo de 2015

Ser Madre

Por Frenando González Rocha y Paty Zambrano
¡El universo conspira a mi favor… gracias a mi madre!
Monterrey, México. Una madre es el ser que se presta para tu crecimiento en un ambiente seguro, que te alienta a ser mejor, a buscar lo mejor, que te invita al amor, a vivir la vida para formar tus propios recursos a través de tu propia experiencia, al perdón a ti mismo y a los demás.
El amor, hecho mujer, que lo cree todo de ti, el amor que ve en ti infinitud de posibilidades, que te da todo con tal que te desarrolles y crezcas a tu máximo potencial.
El amor de una madre es un amor desinteresado, puro, incondicional, pues cuando decidió prestarte su cuerpo para darte la vida no esperaba nada a cambio, pero si estaba dispuesta a dar su vida por ti.
Alguna vez te has preguntado: ¿Yo he jugado el papel de madre para alguna otra persona?
Claro, lo haces cuando ayudas a otro a crecer, a formarse, cuando lo ayudas a definir sus metas y lo acompañas hasta lograrlas. Cuando estás dispuesto a repetir cientos de veces una palabra o instrucción hasta que la persona la aprenda. Cuando te preocupa el otro, su futuro y su felicidad. Cuando das amor aunque no sea devuelto en la misma medida.
Una madre provee a su hijo todos los recursos, no solo físicos, sino también emocionales, nos enseña a sentir, a perdonar, a tener empatía, a compartir, a relacionarnos con nuestro entorno. Es ese ser maravilloso de quien aprendemos los valores, los modelos de pensamiento, la actitud frente a la vida. También de ella recibimos el don de la fe y los recursos espirituales para trascender.
Es hoy un buen momento para reflexionar. ¿Qué tanto estoy yo respondiendo a las expectativas de mi madre? ¿Qué tan congruente soy con aquellos valores en los que fui formado por ella? ¿Estará ella contenta con  lo que soy yo hasta el día de hoy?
¿Qué tan agradecido(a) estás con tu madre? ¿Lo sabe ella? ¿Qué necesitas hacer para que ella sepa lo mucho que la amas? ¿Cómo está tu comunicación con quién tanto significa para ti?  Las personas a las que más amamos son aquellas con quienes nos comunicamos más frecuentemente. ¿Es tu madre una de ellas? ¿Qué puedes hacer hoy para comunicarte más con tu mamá?
Te invitamos a la acción. El amor se manifiesta con palabras, con actos, con servicio, con detalles, con contacto físico, con tiempo de calidad y con regalos (no tienen que ser caros). Lo que importa no es hacerle una gran fiesta en su cumpleaños o en el día de las madres, sino que ella sienta tu presencia frecuentemente con ese amor manifestado en la forma que a ella más le agrade.
Como dice el proverbio: “Nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por los demás”. Cuanto amor nos ha dado nuestra madre, ¿cuánto ella se merecerá?

(*) Fernando González Rocha y Patricia Zambrano Sánchez, tienen 31 años de matrimonio, son coaches de Vida de la International Coaching Community y Consultores Matrimoniales. Tienen más de 20 años de dar cursos, conferencias y diplomados. Actualmente coordinan el programa de Formación Prematrimonial para novios en San Pedro y parte de Monterrey.    Contáctalos en: fernando.gonzalez.rocha@gmail.com  y  patyzambrano@gmail.com

Publicado el 7 de mayo de 2015 en:

miércoles, 29 de abril de 2015

De regreso al kínder

Por Avelina Jimenez Lozano
Monterrey, México. Para la mayoría de nosotros el primer contacto académico que tuvimos fue el kínder. En aquellos tiempos no se acostumbraba ir a la guardería, así que los niños crecían y aprendían en casa hasta que llegaba el día de entrar a la escuela.
Para celebrar el día del niño, trasladamos algunos momentos del jardín de niños a la etapa adulta y aunque suena más aburrida y rutinaria, también es cierto que aún podemos regresar esos momentos de nuestra infancia a la época actual.
A continuación enlisto cuatro situaciones comunes que vivimos durante el kínder y las ventajas de regresar como adultos a vivirlas:
Pintar con varios colores. La actividad por excelencia de los niños es dibujar. Un niño con colores y papel se convierte en el mejor artista del universo. Como adultos, es momento de recordar el Picasso que llevamos dentro. Cuando el “burnout” (fatiga por el trabajo rutinario) nos haga ver algunas situaciones de la vida en blanco y negro, recordar que siempre estará presente una gama de colores  que nos permitirá analizar el momento desde una perspectiva diferente.
Obsequiar cosas hechas con nuestras manos. ¿Recuerdas cuáles eran tus regalos en festejos como el día de la madre o el padre? Las manualidades eran el obsequio favorito de los niños y los adornos por excelencia de las casas durante algunos años. Actualmente existen aplicaciones que ofrecen muchas opciones de regalos hechos por nosotros mismos. Ahora bien, si las manualidades no son tu fuerte, siempre tendrás lápiz y papel para escribir una carta a esa persona especial. El hecho de recibir un mensaje del puño y letra de otra persona, ¡Será un obsequio muy valorado!
Asambleas y eventos patrios. Los aniversarios y conmemoraciones nacionales iban formando el respeto y el amor a los símbolos patrios. ¿Quién no recuerda un color específico de vestimenta para estas asambleas? Las maestras encargaban actividades específicas para entender qué se celebraba en ese mes y ahora, muchas veces lo que festejamos es el asueto, el descanso en sí, olvidando el significado de la fecha.
Bailar en eventos importantes. Antes éramos los protagonistas de los eventos, ahora nos hemos convertido en espectadores. Bailar libera endorfinas que provocan una sensación de bienestar y felicidad. De niños no éramos expertos en baile, pero éramos los dueños de la pista. No necesitábamos tener un certificado en danza, simplemente nos movíamos y nos dejábamos llevar por el ritmo. Cierra tus ojos, escucha alguna canción que te guste y comienza a mover tu cuerpo.
¿Recuerdas algún otro momento de esta etapa y que puedas seguir aplicando ahora de adulto? Dibujar, cantar, recortar, pegar y jugar son actividades básicas de esta etapa y que siguen utilizándose como estrategias de integración y análisis en diversos grupos profesionales y empresariales. ¡La etapa adulta sería muy diferente si de vez en cuando nos convirtiéramos por un día en alumnos de educación preescolar!
¡FELIZ DÍA DEL NIÑO!
(*) Avelina Jiménez Lozano, es Psicóloga con Maestría en Educación por la Universidad de Monterrey. Experta en temas de familia y pareja. Cuenta con la certificación para ser facilitadora de la herramienta pre-matrimonial FOCCUS. Ha participado en programas de desarrollo humano e inteligencia emocional en México y España. Actualmente es docente de asignatura en la carrera de Licenciado en Psicopedagogía, titular del curso Formación en el Amor y coordinadora de formación en la Universidad de Monterrey.
Contáctala en jimlav15@hotmail.com
Publicado el 29 de abril en:
http://www.sexenio.com.mx/columna.php?id=9206

jueves, 16 de abril de 2015

Bioquímica de la felicidad

Por Alida Maria Madero
Son necesarios ocho abrazos al día. Usted será más feliz y el mundo será un lugar mejor.
Paul Zak
Monterrey, México.¿Por qué las mujeres siempre quieren hablar de cómo les ha ido en el día?, ¿por qué si no desmenuzan el asunto, no se relajan?, ¿por qué siempre están haciendo planes?,  ¿por qué sienten que no les prestamos suficiente atención?, ¿por qué quieren cuidar de todo el mundo? ,  son solo algunas de las cosas que se preguntan los hombres respecto a las mujeres.
La respuesta para estas preguntas es simple: una hormona llamada oxitocina, se libera en situaciones que implican seguridad, cooperación, cuidado, atención a otros y apoyo. Este neurotransmisor resulta esencial para la estabilidad emocional de nuestro cerebro y al mismo tiempo, nos ayuda a combatir sensaciones o estados de ansiedad, estrés, fobias, temores, etc.
La oxitocina es una sustancia que, además de estar presente en el parto y la lactancia, es la responsable de las conexiones humanas, del optimismo, de la confianza, de la generosidad, del placer. También se le conoce  como “hormona del amor“, porque se le ha relacionado directamente con aspectos afectivos y con la actividad sexual.
Según estudios, esta hormona en los humanos puede ser liberada con un simple abrazo, con una caricia o un beso y también con una mirada de un ser querido. Esta molécula es uno de los elementos químicos que se liberan frente a estímulos sexuales y curiosamente aumenta en el cuerpo cuándo se consume chocolate.
¿Cómo proveernos de esta maravilla? El doctor Paul J. Zak ─ neuroeconomista que ha estudiado la oxitocina─ afirma que el cerebro humano la produce de forma natural durante el amamantamiento, el orgasmo, los abrazos, las caricias, cuando le das la mano a alguien, bailar en pareja, en masajes, el trabajo corporal y mientras se reza.
Cuando una mujer enfrenta alguna dificultad y lo habla con sus amigas. La oxitocina se libera y provoca en nuestro cuerpo un efecto calmante y sensación de bienestar. De ahí que las reuniones con amigas sean vitales. Señores, esas reuniones de amigas pueden ser sus grandes aliadas, su mujer regresará con el tanque lleno de este elixir y lista para ustedes.
Sin embargo, tocar a alguien físicamente estimula la liberación de oxitocina de forma más potente. El doctor Zak prescribe al menos ocho abrazos al día para sentirnos más felices y conectados con la gente, así como para enriquecer nuestras relaciones sociales. Así que, ¿qué esperas para ir a abrazar a alguien?
Mujeres aprendan a adaptar su agenda para darse tiempo de hacer y practicar cosas que les ayuden a llenar su tanque de oxitocina, actividades que involucren compartir, cuidar y dar.  Practicar yoga, meditación, tai-chi, hacer cualquier deporte, escuchar música, cantar en la regadera, bailar, comprar o que te regalen flores, pueden mejorar tu estado de ánimo de inmediato.
Otras actividades como leer algo positivo, un buen libro, el arte o la música, una película alegre, un nuevo corte de pelo, reír. Igualmente, abrazar llena nuestro cuerpo de oxitocina, una "hormona del afecto" que provoca que la gente se sienta segura y confiada hacia otras personas. Las personas que liberan más ésta hormona son más felices y lo son porque tienen mejores relaciones de todo tipo.
John Gray ─doctor en psicología, especializado en terapia de pareja─  en su libro Venus al rojo vivo, Marte bajo cero da una explicación de cómo al comprender la importancia de esta hormona en la mujer puede ayudar a las relaciones de pareja.
Respondiendo a las preguntas que abren este artículo. Cuando la mujer habla de sus emociones, se siente vista, escuchada, entendida y amada. Cuando ella se preocupa por los demás y lo demuestra planeando cosas para ellos, es un acto de amor. Por eso quiere que su compañero le hable de cómo le ha ido el día. Cuando él escucha con cariño lo que ella le cuenta, también la ayuda a reponer sus niveles de oxitocina.
¿Y si no te preguntas y solo la abrazas?

Publicado el 16 de abril de 2015 en: