A veces, cuesta mucho
más eliminar un solo defecto que adquirir cien virtudes.
Jean de la Bruyere
La Iglesia católica comienza la cuaresma con el miércoles
de ceniza. Cuarenta días de preparación para vivir el misterio pascual mediante
el ayuno, la oración y la limosna. Así mismo, hace un llamado a trabajar, de
manera especial, en la conversión personal, Invita a aprovechar este tiempo para
fortalecer el espíritu, el cuerpo, la mente y la fe.
Vi un video en Facebook que hace cinco
sugerencias para prepararse para la cuaresma. Es un material, promovido y difundido por la Arquidiócesis de Monterrey,
que me encantó, y me pareció una buena idea compartir contigo su propuesta y
completar con un poco más de información.
La primera recomendación es hacer ejercicio. Un cuerpo enfermo o
debilitado influye en el estado de ánimo; en el estado del alma. Se sabe que,
al realizar una actividad física regular y constante, se liberan endorfinas, sustancias que aumentan
la sensación de bienestar y disminuyen el dolor emocional. “Es el perfecto
estado mental para intentar empezar a hacer cambios en la vida” se afirma en el
video.
La segunda es nutrir la mente: estudios realizados por neurocientíficos de la
Universidad de Nueva York sostienen que el cerebro es una caja de imágenes.
Todo lo que se le presenta se queda guardado ahí, como el disco duro de una
computadora, y es utilizado cuando la mente lo requiere. De ahí que hay que
elegir, de entre lo bueno, lo mejor para ver, sobre todo para leer.
Mente sana en cuerpo sano, dice un
refrán popular. Se recomienda el
ejercicio como parte de tratamientos antidepresivos y para sanar el dolor
emocional con buenos resultados, “pero los mecanismos que subyacen a sus
efectos beneficiosos siguen siendo desconocidos”, como se afirma en los resultados del estudio del
Instituto Karolinska.
La tercera recomendación es identificar las áreas problemáticas. A
una reflexionar profundamente sobre “qué
áreas de tu vida necesitan revitalizarse”. Se invita a realizar un examen de
conciencia, que “te dirigirá hacia las proposiciones más apropiadas para ti”. Yo
lo hice y encontré que hay muchas áreas que necesito renovar. Decidí en
enfocarme sólo en una durante esta cuaresma. Un defecto a la vez; uno solo.
La cuarta, es recurrir a los sacramentos. En concreto propone, a los católicos, si ya hiciste un examen de
conciencia, no o desperdicies; confiésate y comulga. Yo diría que este paso no
te lo saltes, aunque seas católico no practicante, profeses otra religión o no
creas en nada. Comienza a creer en ti mismo y en tu capacidad en enfocarte en
un área de oportunidad de tu persona para mejorar. Un defecto recurrente, que
lastima y daña a las personas cercanas a nosotros, puede convertirse en virtud si lo
transformamos, con paciencia y constancia, en un hábito bueno.
La quinta y última recomendación es rezar. “La oración no sólo regula todos
los procesos del organismo humano, sino que también repara la estructura de la
conciencia más afectada”, asegura Valeri
Slezin, jefe del Laboratorio de Neuropsicofisiología del Instituto de
Investigación y Desarrollo Psiconeurológico Bekhterev de San Petersburgo.
Sostiene, además que orar es un “medicamento poderosísimo”.
Independientemente del grado en que
vivamos nuestra fe católica o cualquier otra, la cuaresma se nos presenta como
un GPS que nos redirecciona hacia el camino de poder ser una mejor persona.
Cuarenta días no son suficientes para quitarnos un defecto, pero por algo se
empieza ¿no crees?
(*) Martha Salim Naime. Es Administrador de Empresas
con Maestría en Ciencias del Matrimonio y la Familia y diplomado en Tanatología
por el Instituto Superior de Estudios para la Familia (Juan Pablo II). Experta en temas de familia y pareja. Cuenta con la certificación
para ser facilitadora de la herramienta pre-matrimonial FOCCUS. Actualmente se
desempeña como Gestor de redes sociales.
Contáctala en cosa.defamilia.nl@gmail.com
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