“Usted no tiene la culpa de la cara que tiene, pero si del gesto que pone”. Esta frase la escuchamos en una conferencia. Efectivamente, no es lo que sucede lo que nos afecta, sino como reaccionamos a lo que nos sucede; todo es cuestión de actitud.
El diccionario define la actitud como “La forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas”
Las actitudes pueden abrir o cerrar puertas ¿Sabías que, por lo general, en una empresa te contratan por lo que sabes y te despiden por tu actitud? Pero desgraciadamente tenemos poco espacio para reflexionar acerca de ellas, en la escuela aprendemos otro tipo de habilidades y competencias pero esta parte humana queda escondida a nuestra mirada, es más fácil que los demás identifiquen nuestra actitud pues la instalamos desde niños. Ésta depende del enfoque familiar, ¿A qué se prestaba más atención en tu casa?: ¿A los problemas?, ¿A la queja?, ¿A lo que nos falta? o ¿En aquello que sí tenemos y nos mueve al agradecimiento, a la solución?
El recurso más valioso es ser una persona que se lleva bien en cualquier grupo social. Ser aquella que es capaz de generar empatía e interacción. La que aporta, desde la confianza, la que responde con un sí, con una propuesta en lugar de una queja, la que se hace cargo, de lo que está en su control, con responsabilidad y amabilidad.
La actitud adecuada es parte de la inteligencia emocional. Es una habilidad que todos podemos desarrollar, pues depende completamente de nosotros cuando de manera consciente la procuramos. No nos escudemos por el tipo de infancia o familia en la que crecimos, ahora cada uno tiene el poder de elegir la actitud con que desea enfrentar la vida. A nadie le gusta estar con gente que solo se queja y habla de desgracias y problemas. Ese tipo de conversación hace que nos alejemos. En cambio las personalidades más atrayentes son las positivas que ven en cada problema una oportunidad y encuentran la alegría del agradecimiento en cada nuevo día.
La vida es 10% situaciones y 90% de actitud frente a ellas, el desenlace depende de nuestra actitud. Todos tenemos problemas pero, ante los mismos problemas, algunos se dejan caer, se deprimen y otros los ven como una oportunidad de desarrollo y crecimiento.
¿Tienes una actitud positiva, responsable y confiada en tus fortalezas? Entonces eres una persona que lleva bendición a quien le rodea. Mucha gente va a preferir estar cerca de ti y compartir su vida contigo. Tendrás muchos amigos y serás atractivo a los demás.
Leímos acerca de un niño que nació sin brazos, John P. Foppe, autor del libro ¿Cuál es tu excusa? John nos cuenta: “Mi lema en la vida es: Ser antes de hacer, hacer antes de tener”. La gente suele decirse “¡no tengo dinero!” o “¡no tengo tiempo!”, y de eso deduce “¡no puedo hacer nada!”. Por lo tanto “¡no soy nada!”. ¡Qué error tan grande!, es justo al revés.
Convéncete de esto: ¡Tú eres! Y con ese motor interno, el resto va viniendo. Pero cuesta “Ser”, porque todos tendemos a ser discapacitados emocionales cuando nos decimos: “no puedo”, “es imposible”, “no hay nada que hacer”, y, convencidos de que tenemos razón, nos acomodamos a en esa idea.
¡Elige Ser! Ten una visión y conviértete en tu propia visión.¿Cuál es tu excusa para no hacerlo, dinos? Pregúntatelo, si otro puede, tú también puedes Ser.
Fracasar consiste en no intentar demoler barreras. Así que, en vez de repetirte “¡no merece la pena intentarlo!”, repítete siempre “¡vale la pena intentarlo!”.
Sean cuales sean tus circunstancias, tus límites físicos o materiales, aunque pueda parecerte que no, ¡siempre hay una alternativa! Porque tú puedes elegir tu manera de ver el mundo. Es decir, puedes elegir el mundo que deseas. ¡Crea una realidad nueva!
El ser humano está en continuo desarrollo hasta el día de su muerte. Si estás vivo, todavía puedes lograr ser tu mejor versión, conseguir tu mejor desempeño, lograr más de lo que ya has logrado. Si eres alumno apenas vas a dar tu mejor clase, si eres empresario vas a hacer tu mejor trato, si eres deportista vas a lograr tu mejor marca.
Es hora de que elijas crecer pues del tamaño de tu altitud es tu actitud. A mejor desarrollo, mayores recursos internos, mejor actitud frente a la vida. Generas más posibilidades, tienes una esperanza mayor de hacer bien las cosas, mayor esperanza y mejor visión.
Deja las actitudes del pasado en el ayer, ellas te impiden avanzar, hoy es un nuevo día. Decídete y cambia tu postura, sonríe frente a la vida que te da una nueva oportunidad, cuenta tus recursos, deja los pensamientos negativos acerca de ti mismo, ten confianza en ti, agradece y vive con la actitud positiva que todos deseamos y tanto necesitamos a nuestro alrededor.
Tú tienes el talento que hace falta para lograrlo. Puedes mostrar tus emociones y hacer que las cosas sucedan, enamorarte de alguien, abrazar a tus padres, a tus hijos, luchar por tus sueños, tus metas, quita tu atención a los problemas y enfócate en cómo puedes actuar para lograr lo que te propones. Esfuérzate no te des por vencido. Toda dificultad es una oportunidad, depende de donde pongas tu atención, de la actitud con que la enfrentes.
¿Qué puedes hacer para mejorar tu actitud? ¿Qué tienes que decirte cada día al despertar? ¿Qué creencias no te ayudan a crecer y tienes que desechar? ¿Qué amistades te ayudan a crecer y quieres conservar? ¿Qué no has hecho que de hacerlo cambiaría tu actitud hacia la vida?
Publicado el 1 de octubre de 2015 en
http://www.sexenio.com.mx/columna.php?id=9719
Publicado el 1 de octubre de 2015 en
http://www.sexenio.com.mx/columna.php?id=9719
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