La cocina de mi casa es el lugar de
fiesta del calor y los aromas.
Alberto Aguayo
Los capítulos del libro ‘Cosas de
familia’ están estructurados como las habitaciones de una casa; en el que
corresponde a la cocina se lee esta introducción: “En la cocina se cocinan
alimentos y proyectos, se alimenta el cuerpo y el espíritu. Entran los amigos más íntimos y tienen lugar
las conversaciones más insólitas; se llora al picar cebolla y al recordar
historias”.
Gran parte de la vida de una
familia transcurre en la cocina, en nuestros tiempos es impensable imaginar
este espacio de la casa dirigido solamente a las mujeres. En la mayoría de las
familias mamá trabaja fuera de casa y papá e hijos colaboran y comparten las
tareas del hogar, entre ellas el cocinar, decidir el menú, lavar los platos.
La cocina es el punto de reunión familiar, de las visitas y
los amigos; es donde se habla de cómo nos fue en el día y se analizan los
problemas; donde nos reunimos para compartir una de las necesidades básicas más
placenteras del ser humano: comer. Se comparte el alimento y con él se comunica
la alegría de encontrarse. Se dice que la
cocina es el corazón de la casa y es verdad.
Observa la
cocina de tu casa, su actividad, el tiempo que pasan en ella, las dinámicas que
se dan; como todos llegan a casa directo
a la cocina, el abrir el refrigerador y preguntar ¿qué hay de comer? abre la
conversación; la risa fácil al expresar un antojo particular y el ánimo de
experimentar alguna receta descubierta en las redes sociales.
Cualquier otra área de la casa
tiene una actividad menor, la cocina siempre está trabajando. Ya sea pequeña o
grande, moderna o rústica, esta habitación es el centro de la casa, donde te
sientes acogido y es el lugar ideal para compartir confidencias, es la parte
emotiva de la casa donde nos sentimos a gusto para la chorcha, esa charla
informal llena de confianza. Una vez que nos ‘instalamos’ en la cocina, es
difícil cambiar la reunión a la sala o el comedor.
La
cocina de la casa es también un espacio donde se enseña y se aprende. Al
involucrar a los hijos desde pequeños en las actividades de la cocina les enseñamos
importantes lecciones de vida. Al planear una comida, comprar los ingredientes,
aprenden a planear y decidir; seguir una receta o crear nuevas, incentiva su
imaginación; ver el resultado final y que a los demás les guste, les da un
sentido de logro importante. No importa cuánto se tarden o si queda todo al
revés, el limpiar también se disfruta y sobretodo nos conecta, son momentos que
se quedan en la memoria y en el corazón.
¿Un
espacio romántico?, pues la cocina. Cocinar en pareja tiene beneficios y puede
fortalecer cualquier relación, es una actividad que nos engancha con el
comunicarse y encontrarse. Así que aparta un tiempo esta semana para cocinar un
delicioso plato con tu pareja, además, cocinar juntos es una gran idea
romántica para realizar con tu novio(a) o esposo(a). No hay nada más divertido
que cocinar con la persona que amas y luego compartir esa comida aderezada con
charla y risas.
La
rutina, el acelere, los tiempos ajustados y la tecnología nos alejan cada vez
mas de los momentos para disfrutar en familia. Elegir un día a la semana, los
domingos puede ser, para cocinar juntos es una manera de hacerle espacio a
compartir tiempo, experiencias, platicar y conocer más a tus hijos, pareja,
amigos.
La
cocina es definitivamente una de las
habitaciones más importantes de nuestra casa. Por las mañanas nos llenamos de
energía para el día que nos espera, en la tarde es el punto de encuentro para
con un café se de una rica charla, y, por la noche el escenario donde se resume
nuestro día, compartimos planes y sueños. Y tiene una magia especial, sus
aromas pueden hacernos viajar en el tiempo, a lugares y momentos entrañables.
Los ocho
artículos del capítulo: La cocina del libro “Cosas de familia”, te llevaran a
este lugar de tu casa, la mía y la de muchas personas más; abrirá
conversaciones con tu familia y te descubrirás reconociéndote en algunas de sus
líneas. ‘Las penas con pan son menos’, ‘Vamos a la reunión de los abrazos’, ‘Aprender
intensamente’, ‘Fortaleza ante la adversidad’, son solo algunos de los títulos
que compartimos en este libro. Te invito
a mi cocina, un café y me cuentas que te pareció.
(*) Alida
Madero, es Ingeniero en Industrias alimenticias egresada de la Universidad de
Monterrey (UDEM). Tiene diplomados en Logoterapia y Desarrollo Humano.
Actualmente coordina el programa Foccus Prematrimonial en la Arquidiócesis de
Monterrey, el cual trabaja con las parejas que están comprometidas para
contraer matrimonio.
Contáctala
en foccusmonterrey@gmail.com