viernes, 21 de abril de 2017

La cocina, el corazón de la casa

   La cocina de mi casa es  el lugar de fiesta del calor y los aromas.
Alberto Aguayo

Los capítulos del libro ‘Cosas de familia’ están estructurados como las habitaciones de una casa; en el que corresponde a la cocina se lee esta introducción: “En la cocina se cocinan alimentos y proyectos, se alimenta el cuerpo y el espíritu.  Entran los amigos más íntimos y tienen lugar las conversaciones más insólitas; se llora al picar cebolla y al recordar historias”.

Gran parte de la vida de una familia transcurre en la cocina, en nuestros tiempos es impensable imaginar este espacio de la casa dirigido solamente a las mujeres. En la mayoría de las familias mamá trabaja fuera de casa y papá e hijos colaboran y comparten las tareas del hogar, entre ellas el cocinar, decidir el menú, lavar los platos.

La cocina es el punto de reunión familiar, de las visitas y los amigos; es donde se habla de cómo nos fue en el día y se analizan los problemas; donde nos reunimos para compartir una de las necesidades básicas más placenteras del ser humano: comer. Se comparte el alimento y con él se comunica la alegría de encontrarse.  Se dice que la cocina es el corazón de la casa y es verdad.
Observa la cocina de tu casa, su actividad, el tiempo que pasan en ella, las dinámicas que se dan; como todos llegan a  casa directo a la cocina, el abrir el refrigerador y preguntar ¿qué hay de comer? abre la conversación; la risa fácil al expresar un antojo particular y el ánimo de experimentar alguna receta descubierta en las redes sociales.
Cualquier otra área de la casa tiene una actividad menor, la cocina siempre está trabajando. Ya sea pequeña o grande, moderna o rústica, esta habitación es el centro de la casa, donde te sientes acogido y es el lugar ideal para compartir confidencias, es la parte emotiva de la casa donde nos sentimos a gusto para la chorcha, esa charla informal llena de confianza. Una vez que nos ‘instalamos’ en la cocina, es difícil cambiar la reunión a la sala o el comedor.

La cocina de la casa es también un espacio donde se enseña y se aprende. Al involucrar a los hijos desde pequeños en las actividades de la cocina les enseñamos importantes lecciones de vida. Al planear una comida, comprar los ingredientes, aprenden a planear y decidir; seguir una receta o crear nuevas, incentiva su imaginación; ver el resultado final y que a los demás les guste, les da un sentido de logro importante. No importa cuánto se tarden o si queda todo al revés, el limpiar también se disfruta y sobretodo nos conecta, son momentos que se quedan en la memoria y en el corazón.

¿Un espacio romántico?, pues la cocina. Cocinar en pareja tiene beneficios y puede fortalecer cualquier relación, es una actividad que nos engancha con el comunicarse y encontrarse. Así que aparta un tiempo esta semana para cocinar un delicioso plato con tu pareja, además, cocinar juntos es una gran idea romántica para realizar con tu novio(a) o esposo(a). No hay nada más divertido que cocinar con la persona que amas y luego compartir esa comida aderezada con charla y risas.

La rutina, el acelere, los tiempos ajustados y la tecnología nos alejan cada vez mas de los momentos para disfrutar en familia. Elegir un día a la semana, los domingos puede ser, para cocinar juntos es una manera de hacerle espacio a compartir tiempo, experiencias, platicar y conocer más a tus hijos, pareja, amigos.

La cocina es definitivamente una  de las habitaciones más importantes de nuestra casa. Por las mañanas nos llenamos de energía para el día que nos espera, en la tarde es el punto de encuentro para con un café se de una rica charla, y, por la noche el escenario donde se resume nuestro día, compartimos planes y sueños. Y tiene una magia especial, sus aromas pueden hacernos viajar en el tiempo, a lugares y momentos entrañables.

Los ocho artículos del capítulo: La cocina del libro “Cosas de familia”, te llevaran a este lugar de tu casa, la mía y la de muchas personas más; abrirá conversaciones con tu familia y te descubrirás reconociéndote en algunas de sus líneas. ‘Las penas con pan son menos’, ‘Vamos a la reunión de los abrazos’, ‘Aprender intensamente’, ‘Fortaleza ante la adversidad’, son solo algunos de los títulos que compartimos en este libro.  Te invito a mi cocina, un café y me cuentas que te pareció.

(*) Alida Madero, es Ingeniero en Industrias alimenticias egresada de la Universidad de Monterrey (UDEM). Tiene diplomados en Logoterapia y Desarrollo Humano. Actualmente coordina el programa Foccus Prematrimonial en la Arquidiócesis de Monterrey, el cual  trabaja con las parejas que están comprometidas para contraer matrimonio. 


Contáctala en foccusmonterrey@gmail.com

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