Por: Alida Maria Madero
Cada uno de estos encuentros nos ha llevado a cambiar nuestra trayectoria...
Cuando dos canicas chocan, cada una ejerce una fuerza sobre la otra. Según la tercera Ley de Newton, durante este proceso las dos canicas se ven afectadas, por lo tanto, su estado de movimiento también es afectado. Así como en el juego de las canicas, que cuando chocan cambian su trayectoria, hay personas que entran en tu vida y, ambos cambian; pero para ti es tan intenso que hay un antes y un después.
Me refiero a cambio de trayectoria positiva. No aquellas que dejan heridas y cicatrices, aunque de esas también aprendemos; sino aquellas que te hacen cuestionarte, que te llevan a un gran aprendizaje y por lo tanto a un cambio. Son las personas que logran darle sentido a algo que te inquietaba, incluso lo que quizá en ese momento no era importante hasta que las conoces.
Son esas personas que te ofrecen otra visión de tu mundo; que de alguna manera influyen en tus planes, tu perspectiva, te llevan a cuestionarte tu pasado, tu presente y tu futuro. Te impulsan a soñar, a crear, a vivir.
Ese maestro(a) que te empuja a sacar talentos que no sabías que tenías, a dar ese extra de ti mismo, ese esforzarte un poco más. Por ejemplo, mi maestro de matemáticas en secundaria fue realmente inspirador en mi vocación como ingeniero. El jefe, que con su dirección y visión te llevan a realizar proyectos y conseguir metas que creías imposibles.
Hace algunos años se presentó en la oficina un consultor y ofreció asesoría gratis para nuestra empresa familiar. La acepte y su presencia me llevo a profundizar en cuales eran mis sueños y en la posibilidad de lograr éxitos tanto a nivel profesional como empresa, sacudió todas mis seguridades. Para bien.
Y también ese gran amor que logra que creas en ti; que al verte a través de su mirada descubres el maravilloso ser humano que eres y te hace resplandecer.
O ese amigo o amiga que por casualidad, o tal vez de manera intencionada, te abre los ojos, te hace ver lo que duele, lo que puede llegar a doler y lo que tiene un significado maravilloso, aunque ponga tu vida patas arriba y eso te incomode.
Cada uno de estos encuentros nos ha llevado a cambiar nuestra trayectoria. Son como si nos pulieran por dentro y después brillara más nuestro ser.
Son esas canicas que fueron quizá como agüita transparente y sin adornos; bolón grande de tamaño y sabiduría; un tirito, que parece opaca por fuera, pero tiene un tesoro escondido dentro o un trébol transparente con pinceladas de colores en su interior. Tocaron tu vida y la cambiaron, dejando una huella imborrable en tu corazón.
¿Cuales son querido lector esas canicas que a través de tu vida al chocar contigo te han dado un nuevo rumbo, ideales, fuerza, luz, energía, impulso, esperanza? Alguna de ellas ya no están contigo pero nunca podrás olvidarlas. Y las que siguen a tu lado agradecerles por ese chitar en tu vida.