sábado, 22 de agosto de 2015

Herencia

Por: Alida Maria Madero
“Los abuelos son la memoria de una familia, la memoria del país,  la memoria de la fe, porque son ellos los que nos la dan a nosotros
S.S. Francisco

Este mes de agosto se cumplen 70 años del lanzamiento de las bombas nucleares Little boy y Fat man sobre las ciudades japonesas de  Hiroshima y Nagasaki. Han sido los únicos y ojalá los últimos ataques nucleares lanzados contra la población civil en la historia de la humanidad; los cuales tuvieron un costo altísimo y cuyas dimensiones no podían siquiera imaginarse.
 Más de 250 mil personas murieron, envenenamiento por radiación, leucemia, cáncer en amplias zonas geográficas de Japón. Esa gigantesca bola de fuego y la nube de hongo son imágenes gráficas de la historia de un auténtico horror de lo que podemos lograr y al mismo tiempo evitar los seres humanos.
 En agosto se celebra también el mes del adulto mayor. Personas que tienen esos mismos 70 años o más. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México hay diez millones de personas adultas mayores, donde seis millones de hogares tienen un adulto mayor como jefe de familia, casi tres millones de hogares están compuestos por el adulto mayor jefe y sus hijos y un millón de hogares están habitados por adultos mayores solos.
 Son esa gran generación que ha vivido algunos de los eventos más traumáticos de la historia. La segunda guerra mundial que termino en la derrota del imperio japonés por las bombas nucleares, el holocausto, incluso el exilio. Seis años y sesenta millones de personas desvanecidas de la existencia. Inexplicable violencia.
 Mi papá tendría cinco años,  mis abuelos entre veintiséis y treinta seis,  los tuyos ¿qué edad tenían?; ¿cómo fue vivir esos años, que pensaron ante el horror de la guerra, que platicaban con los amigos, que se escuchaba en la radio y se veía en esa naciente televisión? 
 En estos tiempos que vivimos en los que apenas tenemos tiempo para leer los 140 caracteres del Twitter, donde es más importante conectarte a las redes sociales que sentarte a conversar. ¿Visitar o llamar al abuelo por teléfono? No, no tengo tiempo. Mejor que ellos aprendan a usar el email, el whatsapp de su celular, si es que quieren estar en contacto con nosotros.
 No solemos dirigirnos a nuestros mayores para pedirles consejo y mucho menos escucharlos, tendemos más a buscar información en la red, en video escuchando a los oradores modernos. Triste pero real. 
 Una herencia está compuesta no únicamente por lo material, sino también por lo intangible. Podemos aprender gran cantidad de lecciones de nuestros mayores, debemos aprovecharlos para que nos narren capítulos de su vida y lo que aprendieron. ¿Cuál es ese aprendizaje? 
 Pronto nosotros seremos esa generación de la tercera edad. ¿Qué le contaremos a nuestros nietos? también ahora vivimos, guerras, exilio, persecución, hambre, armas, genocidio, pobreza. 
 Conocer nuestro pasado nos ayuda a saber quiénes somos, reflexionar  acerca de nuestro e presente nos ayuda fundamentalmente a transformar nuestro futuro. Pronto viviremos un punto de inflexión en la historia de la humanidad que sólo puede desembocar en dos escenarios posibles: la catástrofe o la superación.
 Hace unos días el Papa Francisco en un encuentro con jóvenes en el Aula Pablo VI,  ¿Ustedes hablan con sus abuelos?”, preguntó. “Ustedes preguntan a sus abuelos: ‘abuelo, abuela, ¿cómo fue aquello?, ¿cómo se hace esto?, ¿qué hacías tú?”. 
“¡Háganlo, háganlo!”, pidió a los jóvenes. “Porque los abuelos son una fuente de sabiduría ya que tienen la memoria de la vida, la memoria de la fe, la memoria de las tensiones, la memoria de los conflictos. Y son estupendos”. 
“Los abuelos siempre sorprenden: saben escuchar, ¡tienen una paciencia No olviden a los abuelos, ¿entendido?”.


Publicado el 14 de agosto de 2015 en:

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