Por: Fernando González y Paty Zambrano
El día en que te conocí mi vida cambio, a partir de entonces no dejo de pensar en ti, tu forma de hablar, de reír, de verme, de hacer las cosas. ¡Eres un encanto! ¿Cómo pude vivir tanto tiempo sin ti?
Esta es una conversación usual entre dos enamorados. Así nos vimos al inicio de nuestra relación. Te enamoraste porque tu atención estaba enfocada en las fortalezas de la persona, considerabas como algo positivo el humor que reflejaba, la creatividad al hacer su trabajo, el tono de voz tan melodioso con que hablaba…
Y ¿que nos pasó?, ¿Cómo nos desenamoramos?
¡Ahora no puedo vivir… pero contigo! Poco a poco, tu atención se fue deslizando hacia el juicio negativo y a las debilidades de la persona amada. Empezamos a querer cambiar al ser amado, pensamos: “yo tengo la razón” “él o ella debería…” Y así vamos apagando la llama del amor.
En este momento te sugiero tomar una hoja de papel y hacer una lista de las cosas que no puedes soportar de tu pareja, entre más puedas anotar mejor.
Una vez terminada la lista, al lado, vas a anotar: ¿Cuál es tu reacción ante cada una de estas conductas?
Ejemplo de Paty: “Fernando me pregunta varias veces por información que ya le di.”; Y mi reacción es: “Me desespero y le contesto de mal modo.”
Pregúntate si lo que haces les encamina a resolver el problema o si hay algo mejor que puedes hacer para ayudar a tu pareja a corregir esa situación y que puedan dialogar, sobre ese punto, con una perspectiva de solución, no de reclamo.
Yo podría preguntarle a Fernando: mi amor, ¿Cómo puedo ayudarte para que te acuerdes de la información que te doy?, en lugar de reclamarle y decirle: Tú siempre me vuelves a preguntar lo que ya te había dicho y eso me hace enojar. Esta reacción seguramente generará una discusión y hará más grande el problema.
Queremos cambiar a la persona cuando deberíamos trabajar en hacerla brillar desde sus fortalezas, desde lo que sí tiene.El amor siempre se inicia cuando nos enfocamos en lo positivo, se construye con las fortalezas de los dos; no con lo que le falta al otro, no con la exigencia, ni el deberías ser, no con lo que no hay. Pero, sin querer, no nos enfocamos en los dones y nos vamos desenamorando uno del otro.
Cada uno de nosotros somos responsables del amor y desamor. El éxito de una relación de pareja se da cuando dos personas, maduras emocionalmente, felices e independientes se encuentran y crean un proyecto en conjunto. Se trata de que yo, siendo feliz con mi vida actual, encuentro a alguien que también es feliz y decidimos compartir un nuevo proyecto de vida juntos.
Entonces, nos damos cuenta que, el amor inicia con una decisión de querer conocer a alguien, y vamos tomando acciones para saber del otro, para ver como me puedo complementar con él, para admirarlo. Así que pregúntate hoy: ¿deseo reenamorarme de mi pareja? Si tu respuesta es sí, te decimos que sí es posible volver a sentirte enamorado. Simplemente vuelve a enfocarte en aquello que te gustaba, resignifica las actitudes del otro, piensa en todo lo bueno, todo lo agradable del ser amado.
El amor es una decisión consciente. Recuerda: no hay medias naranjas, ni príncipes o princesas perfectas. Cada quien decide de quien se enamora. Cada persona somos un paquete de virtudes y defectos y lo importantes es que nos mantengamos valorando más las virtudes y minimizando los defectos. La relación de pareja es el más alto grado de perfeccionamiento y desarrollo humano, pues está a nuestro lado quien nos ama y desea nuestra mejor versión.
El amor se construye, cada día, tomando conciencia de lo que soy, de lo que es mi pareja y de los que queremos ser juntos. La relación de pareja es para crecimiento de ambos,pero es un trabajo de todos los días. Siempre será más sencillo reconstruir una relación de dos personas que se amaron que volver a buscar a alguien para empezar de cero.
¿Qué estás haciendo hoy para que tu relación sea mejor que ayer?