viernes, 22 de diciembre de 2017

Feliz, agradecida y ¡lista!


Por Martha Salim Naime

Ningún año ha sido tan bueno que no haya tenido sus dificultades y ningún año ha sido tan malo que no haya traído sus beneficios.
Martha Salim Naime

Termina el año y con él se van los propósitos que hice cuando empezó. Unos porque se cumplieron, otros, porque se quedaron sin concluir y algunos más que nunca salieron del papel. Sin embargo, todos ellos están escritos en las páginas de mi libro de la vida.

A todos los miré con ilusión hace casi trescientos sesenta y cinco días. con el anhelo de verlos crecer, madurar y cumplir su destino. Algunos, de manera inesperada se unieron en el trayecto y ocuparon el lugar de los que se quedaron atrás; florecieron y llenaron mis días de ilusión.

Un ciclo terminó para dar lugar a otro nuevo. 

Cada fin de año siento añoranza, y cada año que empieza me llena de esperanza; de buenos propósitos y de deseos por cumplir. Aumenta mi autoestima el simple hecho de tener la oportunidad de volverme a plantear metas que espero cumplir.

He descubierto que cuando no escribo mis intenciones para el año nuevo las olvido y quizá por eso mi deseo más recurrente sea el de hacer la lista de propósitos para los próximos meses. Escribir activa unas conexiones en mi cerebro que hace que recuerde lo anotado aunque no tenga el papel frente de mí.

Inicio el año con nuevos proyectos, con proyectos reciclados y con otros desempolvados. Espero poder cumplirlos todos, pero no me frustraré si eso no sucede. La vida me ha enseñado que da sorpresas y éstas llegan y se instalan en lo más alto de la lista de prioridades, alteran los planes y los proyectos, por más establecidos que hubieran estado, y además nos brindan las herramientas para caminar junto con ellas.

Con los años he aprendido a agradecer lo que tengo,  lo que recibo y lo que me ofrecen las oportunidades;  a ser más agradecida por lo que no logré, no recibí y no conseguí,  porque de esas situaciones tuve mayores oportunidades de aprender y crecer como ser humano.

Me gusta iniciar el año libre y ligera de cargas, por eso practico el perdón. Me perdono a mí misma por no haber cumplido mis propósitos de principio de año; perdono los obstáculos que encontré porque me llevaron a descubrir nuevos caminos; perdono los errores que cometí porque de ellos aprendí lecciones de vida.  Perdono ofensas, desaires y menosprecios porque eso cumple con mi propósito de terminar el año con una carga ligera.

Hago mi cierre de año social y como cada año, el saldo es a favor: conservé mis amistades de tiempo atrás y sumé otras nuevas. A cada una agradezco por ser parte de mi bagaje y haber caminado conmigo este tiempo; aunque no lo haga personalmente lo hago en mis oraciones y, desde mi fe, tengo la certeza de que mi plegaria es escuchada y acogida.

No puedo dejar de agradecer a Facebook y a Whatsapp su presencia oportuna y eficaz durante todo el año; les pongo un diez de calificación final, porque cumplieron con su función como herramientas de enlace y comunicación.

Gracias a Facebook y a las publicaciones de mis amigos, me siento cercana a sus vidas: veo crecer a sus hijos, aplaudo sus éxitos, los acompaño en sus penas, oro con ellos y soy parte de sus festejos de cumpleaños. Cuando uno está lejos de sus seres queridos y no los puedes besar y abrazar tanto como quisieras, el hacerlo virtual también cuenta, porque nutre y fortalece el espíritu.

Agradezco a Whastapp la intimidad que nos ofrece para la comunicación personal y en grupos. Este año experimenté con intensidad esta riqueza y reactivé relaciones que, por queridas, se habían mantenido en la distancia; hoy por hoy nos mantenemos al día. La distancia que nos separa se acorta con un ¡hola! o un emoticon.

Considero estas herramientas como necesarias para iniciar el año, pero también estoy abierta a nuevas formas de comunicación siempre y cuando sirvan para sumar afectos, fortalecer los lazos de amistad y hacer más entrañable el cariño.

Deseo para ti y los tuyos un nuevo año de nuevas y refrescantes experiencias; de amor en la familia y unión en la amistad. Que tu fe se fortalezca y tu lista de requerimientos se acorte; que vivamos en paz, pero de esa paz que nace desde el corazón y que se proyecta a través la mirada. Que las circunstancias te hagan más fuerte y creativo para aprender a vivir con ellas y no desgaste tu energía buscando hacer posible lo imposible.

Ni tan bueno ni tan malo; este año ha traído lo suyo y lo he vivido de la mejor manera que he podido y al final del ciclo he aprendido mucho y me siento feliz por todo lo que ha traído; y con un sentimiento de gratitud me reporto lista para comenzar el que viene.  y ¿tu? ¿Cómo te reportas?

Feliz año 2018



El equipo de Cosas de Familia les deseamos un muy Feliz Año 2018.

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